Si observamos distintos modelos de aviones, notaremos una característica curiosa: mientras la mayoría tiene los motores bajo las alas, algunos los llevan instalados en la parte trasera del fuselaje, junto a la cola. Este diseño, que puede parecer una simple variación estética, responde en realidad a razones aerodinámicas, estructurales y operativas muy precisas.

Aviones como el Embraer ERJ, el Dassault Falcon o el clásico McDonnell Douglas MD-80 son ejemplos de este tipo de configuración. En este artículo exploramos por qué algunos aviones tienen motores en la cola, qué ventajas ofrece esta disposición y cuáles son los retos técnicos que implica.

Origen del diseño con motores traseros

El uso de motores en la parte trasera del fuselaje comenzó en los años 50 y 60, durante la expansión de la aviación comercial a reacción. Fabricantes como Sud Aviation, BAC y McDonnell Douglas buscaban reducir el ruido en cabina y mejorar la aerodinámica general.

El Sud Aviation Caravelle fue el primero en incorporar esta configuración, marcando un hito en la historia aeronáutica. La idea principal era mantener las alas limpias de interferencias, reducir vibraciones y ofrecer una experiencia de vuelo más silenciosa. Este diseño se popularizó en los aviones regionales y jets ejecutivos, donde el tamaño más compacto y la operación en aeropuertos pequeños lo hacían especialmente conveniente.

Ventajas aerodinámicas y de seguridad

Flujo aerodinámico más limpio

Ubicar los motores en la cola evita que el flujo de aire sobre las alas se vea perturbado por las góndolas o soportes. Esto mejora la sustentación y el rendimiento, especialmente en aeronaves con alas bajas.

Menor riesgo de ingestión de objetos extraños (FOD)

Los motores traseros se encuentran más lejos del suelo, lo que disminuye el riesgo de aspirar piedras, agua o residuos durante el despegue y el aterrizaje. Esta es una gran ventaja para operaciones en aeródromos con pistas no pavimentadas o cortas.

Estructura de alas más ligera

Al no soportar el peso de los motores, las alas pueden construirse con menos refuerzos estructurales. Esto reduce el peso global de la aeronave y permite integrar dispositivos hipersustentadores más eficientes (flaps y slats), mejorando las maniobras a baja velocidad.

Distribución del peso y rendimiento en vuelo

Con los motores situados en la parte trasera, el centro de gravedad de la aeronave cambia, lo que requiere un diseño de cola más robusto. Por eso, muchos de estos modelos adoptan la cola en “T”, donde el estabilizador horizontal se sitúa en la parte superior de la deriva vertical.

Esta configuración mejora el control longitudinal y la estabilidad en crucero, aunque también puede generar pérdida de control a baja velocidad si el flujo de aire sobre el estabilizador se interrumpe (fenómeno conocido como deep stall).

En operación normal, los motores traseros ofrecen beneficios claros:

  • Menor ruido en cabina.
  • Mejor rendimiento en altitud media.
  • Eficiencia de empuje equilibrada en caso de fallo de motor.
  • Mayor capacidad de operar desde aeropuertos con pistas cortas.

Desventajas y limitaciones

Aunque el diseño con motores traseros tiene muchas ventajas, también presenta limitaciones técnicas:

  • Requiere refuerzos estructurales adicionales en la parte trasera del fuselaje.
  • Dificulta el mantenimiento en flotas de gran tamaño.
  • Puede limitar la capacidad de carga en compartimentos traseros.
  • Aumenta el riesgo de pérdida de control en ciertos ángulos de ataque altos.

Por ello, los grandes aviones comerciales modernos (como el Airbus A350 o el Boeing 787) utilizan motores bajo las alas, donde su ubicación permite un diseño más eficiente para vuelos de largo alcance.

Ejemplos de aeronaves con motores traseros

Entre los modelos más reconocidos con esta configuración destacan:

  • Sud Aviation Caravelle, pionero del diseño.
  • McDonnell Douglas DC-9 y MD-80, símbolos de la aviación comercial de los 70 y 80.
  • Bombardier CRJ y Embraer ERJ, aviones regionales de alto rendimiento.
  • Dassault Falcon y Cessna Citation, referentes en aviación ejecutiva.

Estas aeronaves demostraron que la ubicación trasera de los motores puede ofrecer un equilibrio óptimo entre eficiencia, confort y seguridad.

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Para concluir, la ubicación de los motores en la cola responde a una combinación de ingeniería, eficiencia aerodinámica y adaptabilidad operativa. Aunque la industria ha evolucionado hacia otros diseños, los motores traseros siguen siendo una solución ideal para aviones regionales, ejecutivos y proyectos sostenibles emergentes.

Estos diseños demuestran que en aviación no existe una única respuesta: cada configuración se adapta a las necesidades de vuelo, mantenimiento y entorno operativo. La ingeniería aeronáutica, siempre en evolución, busca el equilibrio entre rendimiento, seguridad y sostenibilidad.

Si te interesa conocer más sobre cómo se planifican y optimizan las trayectorias de vuelo, te recomendamos leer nuestro artículo ¿Por qué los aviones no vuelan directamente a su destino?, donde explicamos los factores técnicos, meteorológicos y geopolíticos que determinan las rutas aéreas en todo el mundo.

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